Qué duro darse cuenta que perdiste a la persona que más confianza le tenías.
Porque creí que al que le contaba todo era a mi amigo, o a mi amiga.. pero no. A él de vedad le contaba TODO, porque no había pudor, no había prejucio.. él podía saber hasta lo más recóndito de mi cuerpo y mi mente.
Era un compañero de verdad.